Tras un año y medio de ejecución del proyecto de Distritos Térmicos en Colombia, y como principal conclusión del Tercer Congreso Internacional realizado en noviembre, fortalecer el trabajo conjunto con los diferentes actores y lograr una sinergia más consolidada es uno de
los retos concretos que enfrentamos para que los distritos térmicos sean una realidad para el país.
La segunda fase del proyecto Distritos Térmicos en Colombia, que inició en 2020, da continuidad a los resultados obtenidos en la primera fase de 2013 y 2019, y se estructura en tres componentes. El primero de ellos es el componente institucional, que busca fortalecer e implementar un marco regulatorio a nivel nacional y local que promueva los distritos térmicos como una solución de bajo impacto ambiental, y eficiente para el consumo de energía y el desarrollo urbano sostenible.
En el año y medio de ejecución de esta segunda fase una de las acciones determinantes ha sido la creación de comités directivos de distritos térmicos en las distintas ciudades a través de decretos. Actualmente, ya hay siete ciudades del país que cuentan con este mecanismo, incluidas Bogotá, Cartagena, Cali, Montería, Barranquilla, Neiva y Villavicencio, que sirven como una herramienta para coordinar y monitorear, de manera conjunta, el avance e implementación de los distritos térmicos.
Sin duda, estos son pasos fundamentales para la promoción de los distritos térmicos en Colombia y su integración en los planes de ordenamiento territorial y las estrategias nacionales y locales. Pues es evidente que los distritos térmicos son una herramienta para lograr los compromisos del país y las ciudades a nivel de cambio climático y el cumplimiento de los objetivos del Protocolo de Montreal, entre otros, y en ese sentido, su adopción es clave para avanzar en la dirección del desarrollo urbano sostenible.
Adicional a la creación de los comités directivos, hay avances importantes en la legislación. Por ejemplo, la Ley de Transición Energética 2099 de 2021, que homogeniza el marco legal y de incentivos para promover la inversión en tecnologías de eficiencia energética o la inclusión de los distritos térmicos en el Plan Indicativo del PROURE 2021-2030.
Sin embargo, lograr la sinergia de los distintos sectores y divulgar en los grupos de interés los beneficios y oportunidades de los distritos térmicos es quizás uno de los principales retos del proyecto. Pues a pesar de que esta es una tecnología que existe desde hace casi un siglo, el país y la región apenas están conociéndola, y por lo tanto existen dudas, pues se tratan de inversiones altas y transformaciones significativas.
Pero la migración e incorporación es cada vez más necesaria. Y así mismo, el trabajo conjunto con sector público, nacional y de las regiones; sector privado, como empresas prestadoras de servicios; organizaciones internacionales, academia, entre otros es imperativo para su fortalecimiento.
Por eso, el llamado desde las diferentes intervenciones que se dieron en el más reciente Congreso Internacional de Distritos Térmicos es a la continuidad e impulso institucional para la implementación de los distritos térmicos. Para que sean las mismas ciudades quienes aboguen y lideren esta transformación, y Colombia, no solo sirva como ejemplo en materia de desarrollo urbano sostenible, sino también como pionera de la región en nuevas tecnologías.
